DE MARIPOSAS Y DESPERTARES

Relato ganador del primer premio entre más de 400 obras participantes en el concurso «Sueños de Gloria» de la web literaria «Zenda Libros» convocado en junio de 2021, y fallado el 2 de julio de 2021 por un jurado compuesto por Juan Eslava Galán, Juan Gómez-Jurado, Espido Freire, Paula Izquierdo y Palmira Márquez. Puedes leer aquí el fallo del concurso.

El nuevo guardia escuchaba con atención las explicaciones del alcaide. Le parecía un comienzo halagüeño que el máximo responsable de la institución se hubiera ofrecido a mostrarle las instalaciones. El eco de los corredores magnificaba el sonido de sus pasos y lo confundía con el de los cerrojos.

En la galería cinco tenemos a deportistas que aspiran a superar sus propios límites y batir los ajenos. Ya sabe: llegar antes que nadie y siempre un poco más alto, más lejos. Y como recompensa obtener medallas, levantar trofeos sobre la cabeza laureada, subir a un podio y ser imagen de las mejores marcas.

El nuevo guardia trató de asomarse a una de las celdas.

Evite mirar mientras entrenan, no vaya a creer que usted también podría alcanzar la gloria lo disuadió el alcaide, con un gesto desdeñoso que apremiaba a seguir avanzando. La galería seis es para quienes se queman las pestañas y practican su propia autopsia tratando de escribir la novela de la década, o incluso del siglo. Quieren ver su nombre impreso y acaparar estantes en librerías. Tenga especial cuidado si además pretenden vivir de la literatura, porque puede resultar un mal contagioso.

¿Es posible que yo haya leído algo de lo que han escrito? preguntó el nuevo guardia. Bajo sus suelas crujía un manto de folios arrugados con ira y desesperación.

No, no lo creo respondió el alcaide encogiendo los hombros. Sigamos. Esta es la galería siete, reservada para cantantes que ansían convertirse en estrellas. A cambio de darse baños de masas, acumular discos de oro en mansiones y estampar su cara en camisetas venderían su alma en cualquier cruce de caminos. Aunque también hay quienes directamente la regalan en concursos de talentos. Pero da igual dónde les salga al paso el diablo. Es un embaucador que siempre hace trampa con la letra pequeña.

El guardia asintió en silencio y reemprendieron la marcha. A su espalda dejaban la melancolía de un acorde menor suspendido en el aire.

En la galería ocho está la gente de cine y teatro…

Junto a una de aquellas celdas había un revuelo de uniformes. El nuevo guardia alcanzó a ver un haz de luz que se colaba por una grieta abierta en el muro del fondo.

¿Qué ha ocurrido ahí? preguntó.

Es el resultado del estreno de una película en un festival masculló el alcaide. Al terminar la proyección hubo una ovación espontánea, varios minutos con todo el público de la sala en pie. Las primeras críticas y el augurio de triunfos en la temporada de premios propiciaron la entrada de ese rayo luminoso. Y con él, una fuga múltiple. No importa demasiado, quizá vuelvan pronto.

Salieron al patio para pasar a otro edificio.

Hay que darse prisa o no acabaremos antes del cambio de turno. Nos quedan aún muchas galerías y algunas se hacen interminables. Ya verá cuando lleguemos a las de «gamers» e «influencers» de moda. Las de tertulianos y chefs televisivos le parecerán entonces un paseo.

Un movimiento al otro lado del patio atrajo la atención del nuevo guardia. Cuatro de sus compañeros uniformados escoltaban a una quinta figura hacia el muro exterior del recinto. Los centinelas apostados en las torres seguían su avance con la mira telescópica de sus armas. La figura escoltada caminaba despacio y tan cabizbaja que la barbilla le tocaba el pecho. Al llegar delante de una puerta el grupo se detuvo. Uno de los escoltas la abrió y la figura retrocedió unos pasos. Parecía reticente, como si no quisiera salir de allí. Los guardias la sacaron a empellones y cerraron la puerta dejándola fuera.

El alcaide se percató de que el nuevo guardia miraba la escena con expresión de desconcierto.

No se preocupe por lo que ha visto dijo. De vez en cuando les ocurre. Nadie lo espera y, de repente, un día la ilusión se desvanece. Es como un despertar: aceptan su vida anodina y el futuro gris que les aguarda. Entonces son libres. Dejan de ser asunto nuestro.

El nuevo guardia pensó en todas las veces que había reprimido alguna inquietud para no terminar en una de aquellas celdas. Por un instante se preguntó si no hubiera sido mejor intentarlo, en lugar de aplastar cualquier gusanillo que crecía en su estómago antes de que pudiera transformarse en mariposa. Se ajustó la gorra para sacudirse la idea de la cabeza y se giró hacia el alcaide con decisión:

¿Seguimos, señor?

2 comentarios en “DE MARIPOSAS Y DESPERTARES

    1. ¡Muchísimas gracias!
      Celebro que te gustara la idea y la forma en que está narrada.
      Agradezco tus buenos deseos y, «a toro pasado», ya puedo decirte que me diste suerte: ¡¡»De mariposas y despertares» ganó el primer premio!!
      Gracias de nuevo, y un abrazo.

Deja un comentario