Calor, rock, huracanes y familia en Tomares

Un viaje de algo más de ochocientos kilómetros no supone obstáculo si la propuesta es tan atractiva como la que el Ayuntamiento de Tomares (Sevilla) ideó el pasado sábado 4 dentro de la programación musical bautizada como «Tomares en Septiembre». Los Jardines del Conde acogieron una larga noche de rock and roll a cargo de dos artistas y bandas por los que (cualquiera que se haya paseado por anteriores posts lo sabe) tenemos sincera debilidad.

Una cita doble con Johnny Burning y Loquillo presentando sus respectivos álbumes «Hagámoslo» y «El último clásico» a orillas del Guadalquivir: la mejor forma de seguir recuperando el 2020 que nos robaron y de confirmar que cuando la cálida noche sevillana se viste de rock, la piel y el alma pueden llegar a arder.

Las puertas del recinto se abrieron a las ocho de la tarde mientras Johnny Burning y su banda todavía estaban sobre el escenario realizando el checksound previo al concierto. Una tropa de acomodadores ubicaron al público entre las diferentes zonas de asientos divididas en bloques. Esta disposición pretendía asegurar la distancia entre grupos pero, como se vio conforme avanzaba la noche, no pudo contener el ímpetu de los asistentes. Mientras nos guiaban bajo las palmeras de los Jardines nos topamos con la sorprendente e imaginativa idea (por llamarla de alguna forma) de la organización de colocar cuatro filas de asientos en el foso (zona entre la valla de seguridad y el propio escenario). Si bien pudimos conseguir un lugar privilegiado en dicho foso (bautizado ingeniosamente como front stage), pronto sufrimos también las consecuencias de disponer de una barra privada que propició que corrieran ríos de alcohol haciendo que, en algunos momentos, los reunidos en ese curioso corralito estuvieran más concentrados en conseguir y trasegar cerveza que de disfrutar (y dejar disfrutar) de la música. Además, el hecho de que los asientos no fueran numerados y que cada grupo debiera identificar su sitio con un adhesivo facilitado por la organización, derivó en un baile de asientos y grupos en continuo y caótico movimiento que en ocasiones dejaba despobladas zonas enteras y otras se apiñaba (como en los buenos viejos tiempos) al filo del escenario.

En fin, vamos a lo que importa…

Johnny Burning: en el ojo del huracán

A las nueve de la noche la banda que acompaña a Johnny Burning en su nueva aventura en solitario ocupó sus puestos. En primera línea Mac Hernández (bajo), Nico Álvarez (guitarra) y Dani Álvarez (guitarra). En segunda línea Nico Roca (percusión), Miguel Benito (batería) y un trío de metales capitaneados por el saxo del veterano Maikol Slingluff. Esta formación no se rompió en ningún momento, es una banda que huye de carreras y posturas heroicas sobre el escenario. No precisan buscarse unos a otros ni cruzar sus mástiles. Basta su contundente pero también prístino y exquisito sonido, entre el bluesrock y el soul (seña de identidad del disco Hagámoslo), para crear la sensación de un todo orgánico alrededor del piano del queridísimo Johnny Burning que, con sus características gafas de sol y una veraniega camisa, ocupó el centro del escenario. Antes de atacar el tema que abre su último disco, Sé cómo vivir (no cómo morir, se desahogó comentando lo largo que había sido todo este último año (demasiado tiempo) sin poder tocar en directo, solo escuchando canciones y componiendo.

En su estreno en Madrid (el 15 de mayo, San Isidro, a la hora del vermut en el Teatro EDP Gran Vía), nos sorprendieron interpretando del tirón el álbum Hagámoslo, completo y en orden, seguido de más de la mitad de Pura sangre (último álbum publicado bajo el cuño Burning), y de propina un ramillete de hits incontestables de la histórica banda. Dividir el repertorio en estos tres bloques estancos fue una forma excelente de calibrar las sensaciones ante los nuevos temas que, como quedó más que claro con aquel teatro puesto en pie, funcionan a la perfección bajo los focos.

En Tomares Johnny Burning reajustó el setlist adaptándolo a las prioridades y circunstancias de un público algo más festivo, trenzando los tres boques que hemos mencionado con el acierto y sabiduría que proporciona la experiencia, para construir un repertorio muy sólido en el que asomaron más clásicos Burning de los que esperábamos. ¡Y que, por supuesto, fueron bienvenidos! Así, del álbum Hagámoslo sonaron también Un largo invierno, Malas tierras (con nostálgica mención a la película de Terrence Malick), Alma negra (con un espectacular final alargado que puso al público en pie), Adicción y El diablo en el hoyo (ay, esa línea que dice «Petty y Lou ya no están, que haré si me faltan alguna vez mis Stones«). Del álbum Pura sangre intercalaron Bestia azul, Dolor (qué locura el slide de Nico Álvarez con caballito tequilero), Tú te lo llevas todo (pasaríamos toda la noche repitiendo ese catártico «y luego te vas, te vas, te vas» que prolonga el final de la canción) y la emocionante Águilas (con Johnny Burning buscando a Maikol para abrazarse a él),

Como un huracán fue el primer clásico de Burning que sonó en el espectáculo. La reciente muerte de Charlie Watts (baterista de The Rolling Stones) hizo que este tema nos arañara el corazón, especialmente cuando Johnny reconoció que la noticia le había hecho jirones, igual que cuando partieron Lou Reed o David Bowie. Para quienes además sabíamos que ese 4 de septiembre el gran Pepe Risi hubiera cumplido 66 años y que también se cumplían 51 de la publicación de LP Get yer ya-ya’s out (cuya icónica portada protagonizaba precisamente Charlie Watts acompañado de Mr. Donkey), la sensación fue de que aquel huracán volaba directo hasta los ausentes. Y de que nosotros estábamos justo en su mismo centro, allí donde solo la mitomanía nos protege, en el ojo que da sensación de falsa seguridad hasta que la vorágine te engulle, arrastra y deposita donde el incierto destino quiere.

En una traca final de éxitos pudimos disfrutar, casi encadenadas, de Muévete en la oscuridad (canción que últimamente han hecho suya los madrileños Desvariados), la atemporal ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? recibida con una ovación, la enérgica Jim Dinamita, la vibrante Ginebra seca (que sirvió para presentar a la banda), la siempre divertida Esto es un atraco y la festiva e infalible Mueve tus caderas, que puso el broche de oro a un estupendo e intachable concierto.

Loquillo: la familia

A las 23:05 llegó el turno de Loquillo.

Si el show de Johnny Burning había despertado emociones por las ausencias, el espectáculo de Loquillo creció gracias a la reincorporación del bajista Alfonso Alcalá después de un largo periodo de recuperación post-covid. Hace mes y medio en Valencia pudimos disfrutar del nuevo espectáculo de Loquillo (aplazado desde abril de 2020) en torno a su último álbum El último clásico (puedes leer aquí nuestra crónica). Y decimos nuevo porque aunque el espectáculo se articule sobre una estructura de temas intocables y de hits inamovibles, las nuevas canciones que se han sumado al repertorio y sobre todo la renovada sonoridad que redescubre el brillo de algunos clásicos (y no tan clásicos), permite disfrutar del show como si fuera la primera vez que los escuchamos. Si a ello sumamos la palpable alegría que se advertía en banda y frontman por el regreso de un músico muy querido, por la complicidad renacida sobre todo al fondo del escenario (el esqueleto rítmico que forman Laurent Castagnet y Alfonso Alcalá es imbatible), por tener a la familia reunida al fin y al cabo, las sensaciones no podían ser mejores.

Desde el primer golpe de batería de Laurent Castagnet en Los buscadores el Loco se metió al público en el bolsillo. No podía ser de otra forma con un arranque tan springsteeniano y con evocación fordiana en su título. Las diferencias con el setlist que conocimos en Valencia llegaron pronto, con el regreso al repertorio de El hijo de nadie y Línea clara. Una tríada de aires autobiográficos para sentar las bases del personaje y de un histórico repertorio que ha proporcionado banda sonora a varias generaciones. Siguieron Sol (¡cómo nos gustan los nuevos arreglos!), la potentísima Planeta rock y el amigable tex-mex de Salud y Rock and Roll. Con Cruzando el paraíso llegó el imprescindible homenaje a Johnny Hallyday, seguida de esa joyita titulada Creo en mí que Mario Cobo ha aportado al último disco del Loco.

Al final de Creo en mí se inició un altercado entre el público del front stage, propiciado por la caótica distribución y asignación de asientos a la que antes hacíamos referencia. Después de un parón entre canciones en el que los ánimos se moderaron, sonó el celebérrimo punteo que anuncia El rompeolas. Sin embargo, la tensión en la cuarta fila del front stage siguió creciendo hasta que se hizo necesaria la intervención del personal de seguridad. Después de una infructuosa negociación, el individuo que había estado importunando a varios grupos desde la apertura del recinto y que parecía haber despachado él solo varios barriles en la barra, fue desalojado por la Policía Local. Habrá que buscar una nueva fecha de esta gira para disfrutar como es debido y merece un clásico como El rompeolas.

Afortunadamente el Loco y su banda no perdieron pulso y con la enérgica y agotadora terna que forman Rock suave, El mundo necesita hombres objeto y Carne para Linda nos hicieron olvidar el incidente para sumergirnos de nuevo en el concierto con todos los sentidos. Las elegantes y evocadoras guitarras de la canción que da título al último disco de Loquillo nos condujeron hasta una desbocada versión de El rey del glam, con Igor Paskual como protagonista luciendo una boa de plumas rojas, y hasta ese himno de reminiscencias hallydayanas que es Rock and Roll actitud. Después de la novedosa revisión de La mafia del baile (que va ganando empaque) y La vampiresa del Raval de Marc Ros, caímos rendidos ante las infalibles La mataré y Ritmo de garaje. Estos dos últimos temas, justo antes de los bises, desataron al público que desde hacía un buen rato quería dejar atrás sus asientos para disfrutar de la liturgia del rock en pie y piel con piel. El personal de seguridad lo intentó, pero poco pudieron hacer ante el ímpetu de la masa enfervorecida.

El Loco regresó solo al escenario y anunció individualmente a cada miembro de la banda mientras se incorporaban a sus puestos, con especial cariño y mimo al resucitado Alfonso Alcalá. ¡Qué alegría volver a verlo trepar a la plataforma de la batería de monsieur Castagnet! Un problema eléctrico («¡con lo que nos cobran por la luz!», bromeó el Loco) retrasó ligeramente el final del espectáculo, que llegó con El hombre de negro (de Johnny Cash adaptada por Gabriel Sopeña), el hit Feo, fuerte y formal y, siempre en pos de las promesas de la luz verde del embarcadero de Daisy, la imperecedera historia de un Cadillac solitario. Un cierre irreprochable durante el que el público siguió de pie y viviendo el espectáculo como a cada uno le pedía el cuerpo, a pesar de los ya más que conocidos protocolos de distancia y seguridad que aplican (esperemos que no durante mucho más tiempo) a eventos de este tipo.

Al principio de esta crónica decíamos que si la noche sevillana era de por sí cálida, vestida de rock podía hacer arder piel y alma. Nos habíamos quedado cortos: con la autenticidad, trayectoria y repertorio de dos grandes de nuestro rock como Johnny Burning y Loquillo sobre el mismo escenario, estaba claro que iba a hervir hasta la sangre.

Y es que como dicen Los Rebeldes en una vieja canción…

«Eso sí que es rock and roll… Auténtico rock and roll… ¡Puro rock and roll!»

Y nos gusta.

Setlist Johnny Burning

Sé cómo vivir (no cómo morir) / Un largo invierno / Bestia azul / Malas tierras / Dolor / Alma negra /Adicción / Tú te lo llevas todo / Águilas / Como un huracán / Muévete en la oscuridad / El diablo en el hoyo / ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? / Jim Dinamita / Ginebra seca / Esto es un atraco / Mueve tus caderas

Setlist Loquillo

Intro: Where eagles dare / Los buscadores / El hijo de nadie / Línea clara / Sol / Planeta Rock / Salud y Rock and Roll / Cruzando el paraíso / Creo en mí / El rompeolas / Rock suave / El mundo necesita hombres objeto / Carne para Linda / El último clásico / El rey del glam / Rock and Roll actitud / La mafia del baile / Vampiresa del Raval / La mataré / El ritmo de garaje / Bises: El hombre de negro / Feo, fuerte y formal / Cadillac solitario / Outro: Heroes (David Bowie)

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