El forajido Ríos cabalga de nuevo…

Miguel Ríos & The Black Betty Trio. Gira de presentación de «Un largo tiempo» – Forum Evolución (Burgos), 15 de mayo de 2022

En algún medio hemos leído que Miguel Ríos vive una segunda juventud con su vuelta a los escenarios por partida doble. Por un lado, y de forma continuada desde junio de 2021, junto a The Black Betty Trio en una gira justificada por el éxito de su disco «Un largo tiempo». Y por otro, haciendo un parón puntual de dicha gira en marzo de este año, para la asombrosa celebración por todo lo alto (y en muy buena compañía) del 40º aniversario del mítico «Rock & Ríos». Miguel Ríos ha vuelto con dos propuestas que son el zénit y el nadir en cuanto a concepto de espectáculo se refiere. El Wizink Center abarrotado, profusión de invitados y un gran despliegue de recursos escenográficos para las dos noches de fiesta del «Rock & Ríos». Una escenografía minimalista, íntima y acogedora, en recintos pequeños y teatros para The Black Betty Trio y «Un largo tiempo».

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Johnny Cash. Dolor y redencion

Well, you wonder why I always dress in black / why you never see bright colors on my back… (Johnny Cash en The man in black, 1971)

I hurt myself today / To see if I still feel / I focus on the pain / The only thing that’s real… (Johnny Cash en Hurt, 2002)

Won’t you help to sing / These songs of freedom? / ‘Cause all I ever have / Redemption songs… (Johnny Cash con Joe Strummer en Redemption song, 2002)

Johnny Cash cantaba sin artificios.

Su voz era tan grave y severa como su vestuario habitualmente negro. Pero sin alterar su reciedumbre ni parecer impostada en su intención, también podía sonar pícara, preceptora o solemne. Capaz incluso de embaucar (por ejemplo con A boy named Sue), agitar (con I got stripes o Cocaine Blues) o emocionar (con Green green grass of home o Greystone Chapel) a los presos de las penitenciarías estatales en las que actuó en varias ocasiones.

Johnny Cash, desde sus inicios en los estudios Sun de Sam Phillips en Memphis, cantaba con la calma natural de un árbol que tiende sus raíces en tierra dura y cubierta de polvo. Sin pensarlo, simplemente haciéndolo. Por necesidad e instinto. Cash construía sus canciones a fuerza de vida (y no de una vida fácil precisamente), y las compartía con prístina sinceridad.

Sin embargo, aún podía alcanzar un grado más de pureza. Entrado ya en sus sesenta, la corteza del árbol empezó a desprenderse en las sesiones producidas por Rick Rubin para American Recordings. Hasta que en 2002, visiblemente castigado por la enfermedad, Johnny Cash nos mostró el alma en toda su desnudez.

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