Johnny Hallyday. 75 anniversaire

El 6 de junio de 1944 el ejército estadounidense tomaba la playa de Omaha, en un ataque coordinado con tropas inglesas y canadienses que recuperó la costa de Normandía desbaratando el Muro Atlántico de Rommel. Aquella operación propició el avance aliado hacia el este de Francia y la apertura de un segundo frente que descompuso la estrategia del Tercer Reich. Empezaba la liberación de Francia y el final del nazismo en Europa.

Poco menos de un año antes nacía en el distrito 9 de la todavía ocupada ciudad de París un niño que también tendría sueños de libertad inspirados por, precisamente, los mitos y la iconografía norteamericanos. Fue bautizado como Jean-Philippe Léo Smet, pero sería otro nombre el que lo convertiría en los sesenta en pieza fundamental de otra liberación (más simbólica) que derribó muros morales y sociales: lo hizo primero bajo el título de príncipe del tumulto y, pronto, con el meteóricamente adquirido estatus de ídolo de la juventud francesa.

Todavía era un niño cuando Jean-Philippe Leó Smet acompañó a su tía a Marnes-la-Coquette (en los Altos del Sena) para atender la invitación a compartir un desayuno con Maurice Chevalier. Después de una selección de patés cubiertos con gruyère, el maître propuso la salida de los quesos, a lo que Chevalier protestó: «Eso no puede ser, ya teníamos queso con los patés». Luego se dirigió al pequeño Jean-Philippe y le dijo unas palabras que quedarían grabadas para siempre en su memoria: «Debes preocuparte de la entrada y salida del escenario, en medio solo es cuestión de cantar». Nunca olvidó el consejo y siempre lo puso en práctica a la hora de diseñar sus espectáculos para no repetirse, no defraudar y no dejar jamás de sorprender.

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La tribu de Eddy Mitchell

(Texto y fotos de Jesús Gella Yago)

Eddy Mitchell acaba de publicar un nuevo disco en Francia.

Se trata de un recopilatorio de grandes éxitos revisados a dúo con otros intérpretes de su generación, entre los que Mr. Eddy se jacta de contar con buenos amigos, y algunos más jóvenes. Pero aunque es fácil enarcar la ceja ante este tipo de productos, no se trata de un artefacto sospechoso. No es una colección de colaboraciones forzadas y sin sentido para vender por enésima vez las mismas canciones. Proyectos parecidos suelen dar como resultado monstruos de Frankenstein a los que se les ven demasiado los costurones. No es el caso.

Lo que Eddy Mitchell ha propiciado es una reunión de camaradas. De viejos camaradas. Además de contar con Johnny Hallyday y Jacques Dutronc, Eddy ha reclutado a Laurent Voulzy, Arno, Renaud o Christophe. Todo resulta familiar y acogedor, envuelto en los arreglos elegantes a los que Mitchell nos tiene acostumbrados cuando se mueve entre el crooner y el country singer. Una sonoridad perfecta para echar un vistazo hacia atrás y celebrar el camino recorrido, admirarse de la polvareda que han levantado a su paso y afrontar lo que queda de viaje. Continúa leyendo La tribu de Eddy Mitchell