Los Rebeldes, honor y gloria en Fraga

Los Rebeldes, gira El Honor y la Gloria. Pabellón El Sotet de Fraga, 10 de octubre de 2023. 00:00h.

(Texto y fotos de Jesús Gella Yago)

Hay veces que los Pilares de Zaragoza se nos quedan pequeños. El pasado 10 de octubre, nada más terminar el concierto homenaje que Otra Ronda (con Jorge McFly al frente) dedicaron a los añorados Más Birras en la zaragozana sala Rock and Blues, cuatro cabezas locas se subían al coche y enfilaban la AP-2 rumbo a Fraga. Allí también celebran sus propios Pilares y la propuesta de esa medianoche era suculenta y más que apetecible, reuniendo en el mismo cartel la gira El Honor y la Gloria de Los Rebeldes y la gira Algo está ardiendo de Burning. ¿Cómo resistirse a la tentación?

Llegamos al pabellón de El Sotet de Fraga sobre las 00:15. Carlos Segarra y sus secuaces ya estaban sobre el escenario y nos abrimos paso cómodamente entre petos de peñistas a ritmo del incitador swing de Mía, ese gran clásico del LP En cuerpo y alma de 1990. Con Una noche de acción pareció claro que el show iba a ser contundente, como confirmaron con el pegadizo estribillo de Voy a ser una estrella. Estas canciones forman parte del tracklist del nuevo álbum directo de Los Rebeldes que, como recordó Segarra, se grabó en Madrid en febrero de 2020 antes de que todo se paralizara, y que por fin se publica bajo el título El Honor y la Gloria. La salida del disco es la excusa propiciatoria de la actual gira, que nos conducirá a su lado hasta la celebración del 45º aniversario de la banda el próximo año.

Las infalibles teclas del aragonés Cuti Vericad proporcionaron la debida atmósfera a Un español en Nueva York antes de que Carlos Segarra recordara con El chico de la guitarra aquellos tiempos en los que siendo menor ya tocaba en garitos donde, precisamente, no se permitía el acceso a menores. Igual que un litro de Agua de Valencia sabe mejor compartido en la Malvarrosa, Carlos Segarra y Miguel Ángel Scorcia alternaron sus voces para interpretar esta festiva y veraniega canción. También compartieron las estrofas de Harley 66 para llevarnos a toda velocidad hasta Cerveza, chicas y rockabilly, durante la que Carlos Segarra se subió a la plataforma del piano de Cuti.

La reciente alianza con Miguel Ángel Scorcia permite a Carlos Segarra desprenderse de esa Gretsch que ya es un apéndice de su propio cuerpo, para dedicarse solo a cantar. Así lo hizo en La ciudad donde nací, recorriendo el escenario de lado a lado, bailongo y provocador al más puro estilo Elvis. Un selvático ritmo de batería introdujo Esa manera de andar, para que después el histórico rebelde Aurelio Morata subiera al escenario para ocupar durante dos temas el puesto de Celso Sierra en el double bass. Así sonaron Tired and sleepy de Eddie Cochran y No quiero verte.

Celso Sierra recuperó su lugar en el escenario mientras Miguel Ángel Scorcia se hacía cargo de la voz principal en la divertida Immabelle. A continuación, Carlos Segarra se hizo de nuevo con el protagonismo en Las dos caras de la moneda (una de las líneas de esta canción es la que sirve de título al nuevo disco en directo y a la actual gira), la romántica y evocadora La rosa y la cruz y la trepidante Días de lluvia. La memoria de Eddie Cochran volvió a ser celebrada al convertir Vestida de azul en un enérgico medley con C’mon everybody. ¡Respeto por los clásicos!

«Para todas vosotras porque sois especiales», exclamó Carlos Segarra antes de interpretar Eres especial. La exigencia de un concierto de madrugada y en plenas fiestas es no dar tregua y tocar a degüello. Así lo hicieron en el tramo final del concierto, empalmando prácticamente las canciones unas con otras. Un luminoso boowie woogie a cargo de Cuti Vericad derivó en una breve versión de Whole lotta shakin’ goin’ on que, a su vez, derivó en la siempre celebrada Rebeca, para la que Carlos Segarra prescindió de nuevo de la guitarra y lució al cuello la pañoleta roja de la Peña Fragatina. Armado otra vez con su inseparable Gretsch se lanzó a por la infalible Mediterráneo para dejar el show bien arriba y hacer una breve salida.

Regresó Carlos al escenario con camisa de leopardo y el cuerpo dispuesto para derrochar voz en Bajo la luz de la luna, arropado por la conveniente calidez de unos coros doo woop. Con una poderosa y psicotrópica dosis de Mescalina cerraron (al filo de las dos de la madrugada) una arrolladora actuación que confirmó que nuestra nocturna y alevosa escapada a Fraga ya había merecido la pena.

Pero la noche es larga, dice una canción, y todavía nos quedaban por delante otras dos horas en compañía de los renovados Burning del histórico Johnny Cifuentes.

¡¡Vamos a por ello… pero será en otro post que publicaremos en breve!!

Si te ha gustado esta crónica del show de Los Rebeldes en Fraga, también puedes leer la del concierto que ofrecieron en diciembre de 2022 durante su gira Croc and Roll en el madrileño Teatro Eslava pinchando en el siguiente enlace: «Los Rebeldes, regreso al lugar del crímen»

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